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35 Trabajo parcial no deseado Las mujeres son mayoría entre la población tra- bajadora con bajos salarios. En España en 2014, 1 de cada 5 mujeres (vs. 1 de cada 10 hombres) experimentó baja remuneración, esto es, su salario era de dos tercios o menos del salario mediano nacional por hora: 6,6 € en España. Esto se debe en parte a la segregación sectorial y ocupacional. Por varias razones, las mujeres tienden a concentrarse en sectores y ocupacio- nes más precarizados y menos valorados tanto social como económicamente, como hostele- ría, restauración y turismo, o el empleo del ho- gar y de cuidados. Sumando a esta segregación la brecha salarial de género -esto es, cobrar me- nos por trabajo de igual valor-, que semantiene en un 14,2% en España, se dibuja para muchas mujeres un camino casi directo hacia la pobre- za aún teniendo un empleo, un fenómeno en aumento y que afecta ya a más de 1 de cada 10 personas trabajadoras en España (13,1%). Otro factor clave es la presencia desproporcio- nada de las mujeres en ciertas formas atípicas de empleo, y en concreto, en el trabajo a tiem- po parcial, siendo especialmente preocupante el aumento del trabajo parcial no deseado, esto es, cuando el motivo de tenerlo es no poder ac- ceder a un trabajo a tiempo completo. Más de 1 de cada 2 personas trabajadoras con jornada parcial en España la tiene de forma involuntaria (el 57,9% del total de la población con contra- to parcial). El 70,5% de las personas que tienen por Javier Ramajo. Periodista un trabajo a tiempo parcial y desean tener uno a tiempo completo, pero no lo consiguen, son mujeres; frente al 29,4% de hombres. Solventar todas estas cuestiones implica regu- laciones públicas que estimulen la responsabi- lidad de las empresas, así como cuestionarnos como sociedad qué actitudes y creencias dis- criminatorias sustentan el sistema, y avanzar en la corresponsabilidad con los cuidados desde las políticas públicas y los hogares. También impulsar y poner en marcha políticas públicas europeas y estatales que garanticen unos in- gresos mínimos dignos para toda la población, lograr la igual remuneración de hombres y mu- jeres y que esto pueda ir corrigiendo la brecha de género en las pensiones, y garantizar en to- dos los casos derechos laborales y condiciones de trabajo decentes a los grupos de población trabajadora más vulnerable -mujeres, migran- tes, jóvenes, familias monoparentales, que además están trabajando sectores que cuidan la vida, esa que debemos conseguir que sea lo más justa, inclusiva y equitati- va posible.

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